Por qué uso fondos de inversión de distribución
La estrategia de invertir en fondos de inversión de acumulación está clara: aportas dinero periódicamente a uno o varios fondos, el balance crece mediante el interés compuesto y, llegado el día, retiras lo necesario para suplementar tu pensión o tu paro o para costear los gastos de tu día a día una vez alcanzada la libertad financiera.
La teoría está muy bien, pero ¿y en la práctica?
Ya lo dice Joan Tubau en esta entrada de su blog Kapital:
«Con los ingresos que hoy presentas, no te veo yo jubilándote antes de tiempo».
Lo que el autor pretende decir con esta frase es que si tienes un sueldo medio y tu idea es usar fondos indexados para dejar de trabajar antes de la edad marcada por el Estado, necesitarás invertir mucho dinero durante mucho tiempo para lograrlo y muy poca gente puede invertir mucho dinero y/o mucho tiempo.
Pocos son los que invertirán la mayor parte de sus primeros salarios en fondos indexados. A los veinte, el mejor uso que uno puede darle a su dinero es vivir experiencias y hacer viajes con los amigos y/o pareja; esa época libre de responsabilidades no volverá y el tiempo pasa muy rápido. No aprovecharla sería un error.
Al mismo tiempo, cada año que uno retrase empezar a aportar a fondos indexados se traduce en menos balance en el fondo al momento de reembolsarlo. Si los padres (y luego la persona) se lo pueden permitir, aportar 65 € al mes al 7% desde que nace un hijo/a hasta que este cumpla 65 años hará que se jubile con 1M+ € a esa edad.
Si uno no ha tenido la suerte de que sus padres abrieran un fondo a su nombre cuando nació, necesitará otras cantidades para llegar al millón y poder jubilarse tranquilo. A partir de los 30 necesitará destinar 600 €/mes, a partir de los 35 requerirá 820 €/mes. A los 40, 1.300 €/mes. A los 50, 3.200 €/mes. ¿Te lo puedes permitir?
La vida está llena de altibajos (un divorcio, un despido, una enfermedad...) por lo que aunque tus circunstancias actuales te permitan invertir 1.000 €/mes en fondos indexados y tu intención sea hacerlo hasta el día en que te jubiles, puede pasarte de todo entremedias, como por ejemplo, perder el empleo y dejar de poder aportar.
Qué mala suerte sería perder el empleo y tener que empezar a reembolsar dinero de un fondo indexado para vivir en medio de un mercado bajista prolongado. La teoría dice que reembolsando el 4%, del balance en el momento inicial y luego ajustando los reembolsos los años siguientes acorde a la inflación, el dinero no debería agotarse.
La teoría está muy bien, pero ¿y si el mercado bajista se prolonga varios años? ¿y si los impuestos a pagar son superiores a lo calculado y tu 4% reembolsado se convierte en menos de un 3% obligándote a retirar más dinero? En este supuesto, tu dinero se agotaría rápidamente y además sentirías ansiedad en cada uno de los reembolsos.
¿Significa todo esto que no se debería invertir en fondos indexados? en absoluto. Solo estoy reflexionando acerca de los vaivenes que cualquier persona puede experimentar - y experimentará - a lo largo de su vida. Nada está asegurado. La bolsa no subirá indefinidamente, tu salario no existirá siempre y los impuestos pueden aumentar.
Tras darle muchas vueltas a todo esto, he vuelto a hacerme la pregunta básica: ¿por qué invierto? Aquí no hay una respuesta unánime y yo tengo la mía. Unos dirán que para alcanzar la independencia financiera y otros buscarán cierta tranquilidad financiera. Mi respuesta es más simple: invierto porque quiero cubrir mis gastos pasivamente.
Con un dividend yield neto del 3%, necesitaría invertir 10.000 € para que mis facturas del móvil se pagasen solas, 7.500 € me costearían la mensualidad del gimnasio, 50.000 € pagarían los suministros de mi casa para siempre... Los dividendos, aunque no asegurados por las empresas, son ingresos pasivos fáciles de obtener y contabilizar.
Existen miles de empresas cotizadas. Buscar todas las que reparten dividendos crecientes, echar un ojo anual a sus balances y estar al día de si recortan o eliminan dividendo es un trabajo a jornada completa que no quiero hacer. Y como todo en la vida, o destinas tiempo o destinas dinero para conseguir algo, así que elijo dinero.
La mejor opción para mí es usar fondos de gestión activa que, a cambio de una comisión, hagan el trabajo de selección y rotación de cartera por mí. Como digo, valoro mi tiempo por encima del gasto que conlleva pagar una comisión de gestión, por tanto, estoy contento de pagar por usar fondos de inversión de distribución para mi fin.
Siempre se habla del peaje fiscal que deben soportar los dividendos: con cada reparto, tu inversión es un 20% menos rentable de lo que sería de haber usado un fondo de inversión de acumulación como vehículo para invertir. Esta premisa es cierta pero, ¿y si el gobierno decide un día subir los tramos impositivos?
Si un día el gobierno decidiera aumentar el tramo impositivo inicial (19% al momento de escribir estas líneas) al 30% para armonizar la retención de los dividendos con el resto de los países de la UE, esto significaría que, al haber estado tributando al 19%, me habría ahorrado un 11% respecto a quienes empezaran a tributar al 30%.
Por otro lado, los dividendos son anunciados por las empresas que los pagan en la "fecha de declaración". Si conoces la composición del fondo donde inviertes, puedes averiguar si hay recortes, subidas o eliminación del dividendo en las acciones subyacentes en dichas fechas y calcular cuánto recibirás en concepto de dividendos.
En los fondos indexados, ¿quién sabe calcular qué parte es plusvalía y qué parte aportación en cada reembolso? Se podría tratar cada reembolso como si todo el dinero fuera plusvalía, pero entonces, un reembolso de un 4% reduciría el balance total del fondo en un 5% debido a los impuestos a pagar, cosa que no todo el mundo entiende.
Los fondos de inversión de acumulación son un excelente vehículo para aumentar el patrimonio personal, pero no son tan idílicos como plantean algunos "expertos". Quien invierta en ellos pensando en aplicar la regla del 4%, debería pensar también en que no es un método infalible (véase la la tasa de éxito según porcentaje y tiempo).
Personalmente, invierto en fondos de acumulación en mi plan de pensiones y en una pequeña parte de mi cartera, pero tras romper una relación de años, adquirir el pleno dominio de mi vivienda habitual y volver a empezar a invertir prácticamente desde cero, he cambiado mi plan financiero hacia fondos de inversión de distribución.
Aquí quiero hacer hincapié en que no vivimos para siempre; ¿Quién no ha sufrido la pérdida de un ser querido que se ha ido demasiado joven? Como decía Tubau "no eres una secuoya" así que mejor disfrutar de la rentabilidad de tu inversión ahora. Compra activos y gasta sus rendimientos. Este es un buen punto medio entre ahorrar y gastar.
En definitiva, un fondo de inversión de distribución permite recibir rentas desde hoy y aumentarlas cada año, ya que esta estrategia se basa en conservar el mismo número de participaciones en el fondo de forma indefinida mientras estas aumentan el reparto. A cambio, se le tiene que dar al Estado un pellizco de cada ingreso recibido.
La teoría está muy bien, pero ¿y en la práctica?
No eres una secuoya
Ya lo dice Joan Tubau en esta entrada de su blog Kapital:
«Con los ingresos que hoy presentas, no te veo yo jubilándote antes de tiempo».
Lo que el autor pretende decir con esta frase es que si tienes un sueldo medio y tu idea es usar fondos indexados para dejar de trabajar antes de la edad marcada por el Estado, necesitarás invertir mucho dinero durante mucho tiempo para lograrlo y muy poca gente puede invertir mucho dinero y/o mucho tiempo.
Pocos son los que invertirán la mayor parte de sus primeros salarios en fondos indexados. A los veinte, el mejor uso que uno puede darle a su dinero es vivir experiencias y hacer viajes con los amigos y/o pareja; esa época libre de responsabilidades no volverá y el tiempo pasa muy rápido. No aprovecharla sería un error.
Al mismo tiempo, cada año que uno retrase empezar a aportar a fondos indexados se traduce en menos balance en el fondo al momento de reembolsarlo. Si los padres (y luego la persona) se lo pueden permitir, aportar 65 € al mes al 7% desde que nace un hijo/a hasta que este cumpla 65 años hará que se jubile con 1M+ € a esa edad.
Si uno no ha tenido la suerte de que sus padres abrieran un fondo a su nombre cuando nació, necesitará otras cantidades para llegar al millón y poder jubilarse tranquilo. A partir de los 30 necesitará destinar 600 €/mes, a partir de los 35 requerirá 820 €/mes. A los 40, 1.300 €/mes. A los 50, 3.200 €/mes. ¿Te lo puedes permitir?
Nada es para siempre
La vida está llena de altibajos (un divorcio, un despido, una enfermedad...) por lo que aunque tus circunstancias actuales te permitan invertir 1.000 €/mes en fondos indexados y tu intención sea hacerlo hasta el día en que te jubiles, puede pasarte de todo entremedias, como por ejemplo, perder el empleo y dejar de poder aportar.
Qué mala suerte sería perder el empleo y tener que empezar a reembolsar dinero de un fondo indexado para vivir en medio de un mercado bajista prolongado. La teoría dice que reembolsando el 4%, del balance en el momento inicial y luego ajustando los reembolsos los años siguientes acorde a la inflación, el dinero no debería agotarse.
La teoría está muy bien, pero ¿y si el mercado bajista se prolonga varios años? ¿y si los impuestos a pagar son superiores a lo calculado y tu 4% reembolsado se convierte en menos de un 3% obligándote a retirar más dinero? En este supuesto, tu dinero se agotaría rápidamente y además sentirías ansiedad en cada uno de los reembolsos.
¿Significa todo esto que no se debería invertir en fondos indexados? en absoluto. Solo estoy reflexionando acerca de los vaivenes que cualquier persona puede experimentar - y experimentará - a lo largo de su vida. Nada está asegurado. La bolsa no subirá indefinidamente, tu salario no existirá siempre y los impuestos pueden aumentar.
¿Qué hago?
Tras darle muchas vueltas a todo esto, he vuelto a hacerme la pregunta básica: ¿por qué invierto? Aquí no hay una respuesta unánime y yo tengo la mía. Unos dirán que para alcanzar la independencia financiera y otros buscarán cierta tranquilidad financiera. Mi respuesta es más simple: invierto porque quiero cubrir mis gastos pasivamente.
Con un dividend yield neto del 3%, necesitaría invertir 10.000 € para que mis facturas del móvil se pagasen solas, 7.500 € me costearían la mensualidad del gimnasio, 50.000 € pagarían los suministros de mi casa para siempre... Los dividendos, aunque no asegurados por las empresas, son ingresos pasivos fáciles de obtener y contabilizar.
Existen miles de empresas cotizadas. Buscar todas las que reparten dividendos crecientes, echar un ojo anual a sus balances y estar al día de si recortan o eliminan dividendo es un trabajo a jornada completa que no quiero hacer. Y como todo en la vida, o destinas tiempo o destinas dinero para conseguir algo, así que elijo dinero.
La mejor opción para mí es usar fondos de gestión activa que, a cambio de una comisión, hagan el trabajo de selección y rotación de cartera por mí. Como digo, valoro mi tiempo por encima del gasto que conlleva pagar una comisión de gestión, por tanto, estoy contento de pagar por usar fondos de inversión de distribución para mi fin.
¿Y la fiscalidad?
Siempre se habla del peaje fiscal que deben soportar los dividendos: con cada reparto, tu inversión es un 20% menos rentable de lo que sería de haber usado un fondo de inversión de acumulación como vehículo para invertir. Esta premisa es cierta pero, ¿y si el gobierno decide un día subir los tramos impositivos?
Si un día el gobierno decidiera aumentar el tramo impositivo inicial (19% al momento de escribir estas líneas) al 30% para armonizar la retención de los dividendos con el resto de los países de la UE, esto significaría que, al haber estado tributando al 19%, me habría ahorrado un 11% respecto a quienes empezaran a tributar al 30%.
Por otro lado, los dividendos son anunciados por las empresas que los pagan en la "fecha de declaración". Si conoces la composición del fondo donde inviertes, puedes averiguar si hay recortes, subidas o eliminación del dividendo en las acciones subyacentes en dichas fechas y calcular cuánto recibirás en concepto de dividendos.
En los fondos indexados, ¿quién sabe calcular qué parte es plusvalía y qué parte aportación en cada reembolso? Se podría tratar cada reembolso como si todo el dinero fuera plusvalía, pero entonces, un reembolso de un 4% reduciría el balance total del fondo en un 5% debido a los impuestos a pagar, cosa que no todo el mundo entiende.
Conclusión
Los fondos de inversión de acumulación son un excelente vehículo para aumentar el patrimonio personal, pero no son tan idílicos como plantean algunos "expertos". Quien invierta en ellos pensando en aplicar la regla del 4%, debería pensar también en que no es un método infalible (véase la la tasa de éxito según porcentaje y tiempo).
Personalmente, invierto en fondos de acumulación en mi plan de pensiones y en una pequeña parte de mi cartera, pero tras romper una relación de años, adquirir el pleno dominio de mi vivienda habitual y volver a empezar a invertir prácticamente desde cero, he cambiado mi plan financiero hacia fondos de inversión de distribución.
Aquí quiero hacer hincapié en que no vivimos para siempre; ¿Quién no ha sufrido la pérdida de un ser querido que se ha ido demasiado joven? Como decía Tubau "no eres una secuoya" así que mejor disfrutar de la rentabilidad de tu inversión ahora. Compra activos y gasta sus rendimientos. Este es un buen punto medio entre ahorrar y gastar.
En definitiva, un fondo de inversión de distribución permite recibir rentas desde hoy y aumentarlas cada año, ya que esta estrategia se basa en conservar el mismo número de participaciones en el fondo de forma indefinida mientras estas aumentan el reparto. A cambio, se le tiene que dar al Estado un pellizco de cada ingreso recibido.
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