Qué es la inflación del estilo de vida

Ya expliqué en otro artículo qué es la inflación, entendida como un proceso que afecta a toda la sociedad. Basada en ese concepto encontramos una acepción distinta centrada en el individuo. Veamos qué es "la inflación del estilo de vida", cómo y cuándo nos puede afectar más y cómo la podemos evitar.


La inflación del estilo de vida


La inflación del estilo de vida (en inglés lifestyle inflation o también lifestyle creep) es un fenómeno que se produce cuando aumenta el nivel de ingresos de un individuo, pero junto a ello, aumenta también su nivel de gastos, haciendo que el individuo en cuestión reduzca sus metas de ahorro previas o incluso deje de ahorrar por completo debido a la falsa sensación de seguridad producida por su nueva situación económica.

Un ejemplo de esto lo encontramos en una persona que empieza a trabajar en una empresa por el salario mínimo interprofesional y con los años va encadenando ascensos y subidas salariales hasta lograr un salario elevado comparado con el salario medio de su región. Si no tiene nociones de finanzas, lo más probable es que esta persona se gaste todos sus ingresos creyendo que es rica y apenas ahorre.

Si la vida le va mal a una de estas personas, entran instantáneamente en bancarrota, pues no pueden hacer frente a sus obligaciones de pago (hipotecas, letras del coche, escuela de sus hijos, etc.) y pierden su alto nivel de vida de inmediato, viéndose obligados a malvender todas sus posesiones para poder seguir adelante y teniéndose que adaptar de nuevo a un estilo de vida que ya no reconocen.


Cómo nos afecta


El cambio en el estilo de vida tras un aumento salarial considerable le puede ocurrir a cualquiera; no es algo que solo ocurra a las personas que pasan a ser managers o a las que pasen a ganar seis cifras, por decir algo. Este problema afecta a cualquiera que al cobrar más después de percibir un aumento vea algo que antes le parecía inalcanzable como algo indispensable.

Por ejemplo, alguien que antes comía siempre de tupper en la oficina al mediodía, de repente, sale a comer cada día a restaurantes relativamente caros porque cree que ahora puede permitírselo. Antes no podía pagar esos restaurantes y mucho menos podía ahorrar; ahora ya podría ahorrar pero prefiere gastarse el dinero en restaurantes, por lo que sigue sin ahorrar.

Esta situación contradice por completo ese pensamiento tan común de que cuando ganemos más dinero podremos ahorrar más para tener mayor libertad económica. Ahora, al gastar ese dinero que nos sobra en vez de hacer crecer nuestro patrimonio, nos mantenemos estancados en nuestra situación económica anterior. Si queremos conseguir libertad financiera, es importante marcarse metas de gasto y ahorro.


A quien afecta más


La inflación del estilo de vida afecta especialmente a los dos polos opuestos de la fuerza laboral: a aquellas personas que están a punto de jubilarse y a aquellas personas jóvenes que comienzan su vida laboral, aunque también puede afectar a cualquier persona cuyo salario aumente de forma considerable tras un ascenso, una subida salarial o un cambio de empleador.

A las personas más jóvenes, acceder a un puesto de trabajo les supone sufrir un cambio repentino en el estilo de vida. Si nadie les ha explicado sobre finanzas, en lugar de ahorrar e invertir parte de su primer salario, muchos lo gastarán en lujos. Si gastan desenfrenadamente, lo más probable es que en unos años no tengan ahorros para la entrada de una vivienda o puede que incluso lleguen a la jubilación sin nada ahorrado.

Por otro lado, aquellos a los que les faltan unos pocos años para jubilarse y hayan ya pagado sus deudas y criado a sus hijos tienen más dinero disponible para gastar, por lo que muchos optan por aumentar sus gastos aprovechando que están en el momento de su vida donde más cobran. Luego, al jubilarse, no saben adaptarse a su nueva situación económica, con pensiones menores que sus últimos salarios, y se arruinan.


Indicadores


A continuación, enumeraré algunos signos que indican que uno padece inflación del estilo de vida:

Ahorros estancados. Si la cantidad que se tiene ahorrada se ha mantenido estática incluso después de algunos años de aumentos y bonos en el trabajo, eso es una señal de que está gastando todo el dinero extra que se gana cada año. No priorizar el ahorro puede ser desastroso para la salud financiera de uno.

Loa gastos han aumentado en muchas (o la mayoría) de las áreas. Si se gasta más dinero que antes porque uno siente que puede permitírselo, la inflación del estilo de vida puede ser la causa. Comer fuera con más frecuencia, comprar ropa más cara, tomar vacaciones más largas, etc. son algunos ejemplos.

No sentir que se tienen las finanzas personales bajo control. Si uno mira el saldo de su cuenta bancaria con temor porque sabe que gasta demasiado y/o observa las deudas de la tarjeta de crédito con arrepentimiento, lo más probable es que haya caído en la trampa que supone la inflación del estilo de vida.


Cómo evitarlo


En el momento en que uno pase a ganar más dinero, su tasa de ahorro también debería aumentar. Se debería ajustar cuánto se ahorra en función de cuánto se gana e idealmente se debería enviar un porcentaje de cada nómina directamente a una cuenta de ahorro nada más cobrar para evitar gastar ese dinero (preahorro).

Hacer un presupuesto y asegurarse de que las tasas de gasto y ahorro se mantengan, adaptándolas cada año a la inflación. Sin saber a qué se destina el dinero que se obtiene con cada nómina es difícil marcarse objetivos de ahorro o limitar el dinero destinado a restaurantes o ropa, entre otros.

Evitar las compras impulsivas mediante el uso de listas de la compra. Poner los artículos que uno desee en una lista, esperar unos días y si pasado ese tiempo aun se desean, comprarlos. Retrasar la gratificación permite evitar comprar sin parar, es decir, permite guardar ese dinero.


Conclusión


El objetivo de todo trabajador debería ser mantener en la jubilación el estilo de vida que ha tenido durante su etapa laboral, sino mejorarlo, por lo que lo que hagamos ahora, en nuestra etapa activa, determinará la comodidad de nuestra jubilación, es decir, con cuánto dinero llegaremos a ella y con qué mentalidad.

Si mientras estamos en nuestra época de trabajador subimos el nivel de gasto, este no se podrá mantener en la jubilación ya que no habrá ahorros que lo sustenten. Lo ideal es calcular cuánto gastamos al mes en gastos esenciales y en ocio y cuánto necesitamos ahorrar para gastar lo mismo (contando inflación) una vez jubilados.

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