Qué es la inflación
La inflación es un indicador que representa el incremento global del precio de bienes y servicios disponibles en un país en un período de tiempo determinado. Así pues, cuando hablamos de que la inflación fue del 6,7% en España en diciembre de 2021 estamos diciendo que los precios de los productos y servicios del país subieron, de media, un 6,7% respecto al mismo período de 2020. O lo que es lo mismo, un producto que valía 100 € en diciembre de 2020, subió hasta los ~106,7 € en diciembre de 2021.
Según el Institulo Nacional de Estadística (INE), esta cifra se debió sobretodo a una subida del precio de la electricidad y al aumento de los precios de la alimentación, frente al descenso registrado el año pasado (2020). De esta forma, el conjunto "Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles" subió un 23%, mientras que "comunicaciones" bajó un 0,3%, con subidas intermedias como el 1,6% de "bebidas alcohólicas y tabaco" o el 1% de "vestido y calzado", tal y como se observa en este informe del INE.
La inflación hace que suban los precios, pero no hace que suban nuestros ahorros, por lo que con cada aumento de la inflación podremos comprar menos cosas. Por ejemplo, si en 2020 nos podíamos ir de viaje con 1.000 € ahorrados, el mismo viaje en 2021 nos costaría alrededor de 1.067 €, por tanto, necesitaríamos ahorrar 67 € más para poder irnos de viaje. Es decir, la inflación hace que cada euro que tengamos valga cada vez menos o, dicho de otra manera, la inflación hace que nuestros ahorros pierdan poder adquisitivo.
Son diferentes factores los que provocan la inflación:
• Demanda superior a la oferta: cuando hay más personas que quieren un producto concreto que cantidad de ese producto disponible en el mercado los precios de dicho producto suben y este hecho puede arrastrar una subida de otros productos derivados.
• Aumento de costes de las materias primas: si un producto básico requiere de ciertas materias primas para su producción y estas han subido de precio, el aumento de precio se traduce en el precio final del producto. Por ejemplo, productos que dependan del petróleo o del aluminio.
• Depreciación de la moneda: cuando una moneda, como el euro, pierde valor frente a una moneda extranjera, decimos que esta se deprecia. Una depreciación del euro provoca que los precios de todos los bienes importados desde fuera de la zona euro aumenten.
• Emisión descontrolada de moneda: emitir más dinero que el demandado por el mercado - como suelen hacer bancos centrales tipo BCE o FED - provoca inflación. Al existir más moneda en circulación, esta pierde valor y provoca que se requiera más dinero para comprar un producto (este sube de precio).
Toda persona que invierte su dinero se fija en la rentabilidad de sus inversiones, ya sea de forma anual o mensual, para ver si sus inversiones van bien, es decir, si está ganando dinero con ellas o no. La rentabilidad es pues el indicador que le muestra a un inversor si su inversión le está generando dinero o, por el contrario, le está haciendo perder dinero. Así, si una cartera sube un 10%, se dice que la rentabilidad de dicha cartera es del 10%. Esta rentabilidad es la rentabilidad nominal de una inversión.
La rentabilidad real, sin embargo, exige restar la inflación a la rentabilidad nominal para obtener una cifra más cercana a la realidad económica del momento. De este modo, si en 2021 la rentabilidad (nominal) en bolsa de alguien fue del 20% gracias al año alcista que se dio, su rentabilidad real se calcularía como rentabilidad nominal menos inflación, dando lugar a una rentabilidad real del 13,3% (20 - 6,7).
De esta forma, una inflación alta se puede comer por completo una rentabilidad nominal moderada y hacer que un inversor esté realmente sufriendo pérdidas aun teniendo una rentabilidad positiva. Por ejemplo, alguien que posea una cartera cuyo retorno sea del 5% en un escenario con una inflación del 6% estará perdiendo dinero, concretamente, estará perdiendo un 1% aunque su broker le muestre una rentabilidad positiva del 5%, puesto que su poder adquisitivo estará aumentando por debajo de la subida de precios.
Es por este motivo que todo el dinero que uno tenga en una cuenta bancaria o depósito que le de una rentabilidad menor a la inflación del momento estará perdiendo poder adquisitivo. Así, quien tenga 10.000 € ahorrados en el banco en un escenario con una inflación anual de un 5%, tendrá un poder adquisitivo equivalente a tener solo 9.500 € a final de año. Y si al siguiente año la inflación es del 3%, habrá perdido el equivalente a un 8% sobre sus 10.000 € iniciales, que pasarán a tener un poder de compra de 9.200 €.
Quien sienta curiosidad, puede calcular el nivel de devaluación de sus ahorros con esta calculadora.
Por otro lado, la inflación puede ser algo beneficioso para una parte determinada de la población como, por ejemplo, las personas que tengan una hipoteca a tipo fijo. Esto sucede debido a que las empresas suelen aumentar los salarios según la inflación acontecida el año pasado y, mientras los precios y los salarios suben, la mensualidad de una hipoteca a tipo fijo se mantiene invariable, por lo que cada año le costará menos esfuerzo pagar las cuotas de su hipoteca a quien tenga una hipoteca de esta índole.
En otras palabras, quien tenga una hipoteca a tipo fijo se beneficiará de tener un coste mensual invariable al tiempo que su salario - el cual usará para pagar las mensualidades de la hipoteca - aumentará año a año. Esto provocará que, a cada año que pase, pagar la hipoteca le implique destinar un porcentaje menor del total de sus ingresos. Y aunque su salario subiera solo un 1% cada año, al cabo de 20 años habría aumentado un 20%, cosa que haría mucho más cómodos los siguientes pagos del préstamo.
Este escenario es especialmente favorable para quien tenga una o varias propiedades inmobiliarias en alquiler, puesto que los precios de los alquileres suben con la inflación pero las cuotas hipotecarias a tipo fijo no. De esta forma, cuanto mayor sea la inflación, más dinero ingresará el propeitario por cada vivienda que tenga alquilada, sin tener que hacer nada. Por este motivo podemos concluir que el mercado inmobiliario en el apartado de alquiler de vivienda es una excelente inversión en tiempos de alta inflación.
Por último, si vemos clara una oportunidad de inversión y tenemos un puesto de trabajo lo bastane estable, podemos plantearnos adquirir un préstamo personal a un TAE bajo y usar ese dinero para hacer más dinero. En España, apenas hay préstamos personales con un TAE bajo más allá del préstamo MyInvestor al 1,5% TAE (coste en 2021), pero sea como sea, si encadenamos subidas salariales más altas de lo habitual en períodos de alta inflación, diluiremos el coste del préstamo a lo largo de la vida de este, convirtiéndolo en una opción interesante.
La conclusión es clara: quien guarda dinero en el banco o efectivo en casa está perdiendo dinero; está perdiendo poder adquisitivo a cada mes que pasa. Es por esto que invertir no es una opción; es la única opción (sino una obligación). Quien entienda este concepto podrá ponerse manos a la obra para buscar una inversión que consiga, como mínimo, igualar la tasa de inflación del momento para no perder dinero. El resto estará a merced de esta suerte de "impuesto oculto" que hace que los pobres, y los que no invierten, sean cada día más pobres.
Según el Institulo Nacional de Estadística (INE), esta cifra se debió sobretodo a una subida del precio de la electricidad y al aumento de los precios de la alimentación, frente al descenso registrado el año pasado (2020). De esta forma, el conjunto "Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles" subió un 23%, mientras que "comunicaciones" bajó un 0,3%, con subidas intermedias como el 1,6% de "bebidas alcohólicas y tabaco" o el 1% de "vestido y calzado", tal y como se observa en este informe del INE.
La inflación hace que suban los precios, pero no hace que suban nuestros ahorros, por lo que con cada aumento de la inflación podremos comprar menos cosas. Por ejemplo, si en 2020 nos podíamos ir de viaje con 1.000 € ahorrados, el mismo viaje en 2021 nos costaría alrededor de 1.067 €, por tanto, necesitaríamos ahorrar 67 € más para poder irnos de viaje. Es decir, la inflación hace que cada euro que tengamos valga cada vez menos o, dicho de otra manera, la inflación hace que nuestros ahorros pierdan poder adquisitivo.
Causas de la inflación
Son diferentes factores los que provocan la inflación:
• Demanda superior a la oferta: cuando hay más personas que quieren un producto concreto que cantidad de ese producto disponible en el mercado los precios de dicho producto suben y este hecho puede arrastrar una subida de otros productos derivados.
• Aumento de costes de las materias primas: si un producto básico requiere de ciertas materias primas para su producción y estas han subido de precio, el aumento de precio se traduce en el precio final del producto. Por ejemplo, productos que dependan del petróleo o del aluminio.
• Depreciación de la moneda: cuando una moneda, como el euro, pierde valor frente a una moneda extranjera, decimos que esta se deprecia. Una depreciación del euro provoca que los precios de todos los bienes importados desde fuera de la zona euro aumenten.
• Emisión descontrolada de moneda: emitir más dinero que el demandado por el mercado - como suelen hacer bancos centrales tipo BCE o FED - provoca inflación. Al existir más moneda en circulación, esta pierde valor y provoca que se requiera más dinero para comprar un producto (este sube de precio).
Inversiones e inflación
Toda persona que invierte su dinero se fija en la rentabilidad de sus inversiones, ya sea de forma anual o mensual, para ver si sus inversiones van bien, es decir, si está ganando dinero con ellas o no. La rentabilidad es pues el indicador que le muestra a un inversor si su inversión le está generando dinero o, por el contrario, le está haciendo perder dinero. Así, si una cartera sube un 10%, se dice que la rentabilidad de dicha cartera es del 10%. Esta rentabilidad es la rentabilidad nominal de una inversión.
La rentabilidad real, sin embargo, exige restar la inflación a la rentabilidad nominal para obtener una cifra más cercana a la realidad económica del momento. De este modo, si en 2021 la rentabilidad (nominal) en bolsa de alguien fue del 20% gracias al año alcista que se dio, su rentabilidad real se calcularía como rentabilidad nominal menos inflación, dando lugar a una rentabilidad real del 13,3% (20 - 6,7).
De esta forma, una inflación alta se puede comer por completo una rentabilidad nominal moderada y hacer que un inversor esté realmente sufriendo pérdidas aun teniendo una rentabilidad positiva. Por ejemplo, alguien que posea una cartera cuyo retorno sea del 5% en un escenario con una inflación del 6% estará perdiendo dinero, concretamente, estará perdiendo un 1% aunque su broker le muestre una rentabilidad positiva del 5%, puesto que su poder adquisitivo estará aumentando por debajo de la subida de precios.
Es por este motivo que todo el dinero que uno tenga en una cuenta bancaria o depósito que le de una rentabilidad menor a la inflación del momento estará perdiendo poder adquisitivo. Así, quien tenga 10.000 € ahorrados en el banco en un escenario con una inflación anual de un 5%, tendrá un poder adquisitivo equivalente a tener solo 9.500 € a final de año. Y si al siguiente año la inflación es del 3%, habrá perdido el equivalente a un 8% sobre sus 10.000 € iniciales, que pasarán a tener un poder de compra de 9.200 €.
Quien sienta curiosidad, puede calcular el nivel de devaluación de sus ahorros con esta calculadora.
Deuda e inflación
Por otro lado, la inflación puede ser algo beneficioso para una parte determinada de la población como, por ejemplo, las personas que tengan una hipoteca a tipo fijo. Esto sucede debido a que las empresas suelen aumentar los salarios según la inflación acontecida el año pasado y, mientras los precios y los salarios suben, la mensualidad de una hipoteca a tipo fijo se mantiene invariable, por lo que cada año le costará menos esfuerzo pagar las cuotas de su hipoteca a quien tenga una hipoteca de esta índole.
En otras palabras, quien tenga una hipoteca a tipo fijo se beneficiará de tener un coste mensual invariable al tiempo que su salario - el cual usará para pagar las mensualidades de la hipoteca - aumentará año a año. Esto provocará que, a cada año que pase, pagar la hipoteca le implique destinar un porcentaje menor del total de sus ingresos. Y aunque su salario subiera solo un 1% cada año, al cabo de 20 años habría aumentado un 20%, cosa que haría mucho más cómodos los siguientes pagos del préstamo.
Este escenario es especialmente favorable para quien tenga una o varias propiedades inmobiliarias en alquiler, puesto que los precios de los alquileres suben con la inflación pero las cuotas hipotecarias a tipo fijo no. De esta forma, cuanto mayor sea la inflación, más dinero ingresará el propeitario por cada vivienda que tenga alquilada, sin tener que hacer nada. Por este motivo podemos concluir que el mercado inmobiliario en el apartado de alquiler de vivienda es una excelente inversión en tiempos de alta inflación.
Por último, si vemos clara una oportunidad de inversión y tenemos un puesto de trabajo lo bastane estable, podemos plantearnos adquirir un préstamo personal a un TAE bajo y usar ese dinero para hacer más dinero. En España, apenas hay préstamos personales con un TAE bajo más allá del préstamo MyInvestor al 1,5% TAE (coste en 2021), pero sea como sea, si encadenamos subidas salariales más altas de lo habitual en períodos de alta inflación, diluiremos el coste del préstamo a lo largo de la vida de este, convirtiéndolo en una opción interesante.
Conclusión
La conclusión es clara: quien guarda dinero en el banco o efectivo en casa está perdiendo dinero; está perdiendo poder adquisitivo a cada mes que pasa. Es por esto que invertir no es una opción; es la única opción (sino una obligación). Quien entienda este concepto podrá ponerse manos a la obra para buscar una inversión que consiga, como mínimo, igualar la tasa de inflación del momento para no perder dinero. El resto estará a merced de esta suerte de "impuesto oculto" que hace que los pobres, y los que no invierten, sean cada día más pobres.
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