Criptomonedas: la inversión asimétrica

Hace 10 años, solo los más nerds conocían los términos bitcoin o criptomoneda. Esto ha ido cambiando y cada vez es más la gente corriente que intercambia sus euros por criptomonedas. Unos esperan pegar un pelotazo y hacerse ricos con ellas y otros quieren usarlas como valor refugio para paliar los efectos de las políticas monetarias implantadas por los bancos centrales, pero ¿qué es una criptomoneda exactamente?


Definición de criptomoneda


Una criptomoneda, traducción libre del término inglés original cryptocurrency ("criptodivisa" sería la traducción al español más acertada, aunque nadie usa esa palabra), es una unidad digital de valor o moneda digital ideada para realizar intercambios entre dos usuarios (un emisor y un receptor).

De esta forma, para intercambiar criptomonedas se usa la contabilidad de triple entrada, es decir, se tienen en cuenta el balance del emisor, el del receptor y una tercera pata que es el reflejo de cada transacción en un registro público llamado blockchain. Así, las criptomonedas se sustentan sobre un registro público auditable - y solo modificable por consenso - donde queda reflejada cada transacción o intercambio.

Para asegurar que las transacciones de criptomonedas no sufan manipulaciones por parte de terceros y que no se den "gastos dobles" (es decir, para evitar que un usuario gaste una misma unidad de valor más de una vez) se usa la criptografía (comunicación cifrada) para validar cada transacción (a los validadores se les denomina "mineros") y asegurar así el correcto intercambio entre dos usuarios.

Así pues, las criptomonedas se podrían definir como un bien digital inembargable y anónimo (las carteras que contienen criptomonedas no se identifican con nombres de persona sino con un conjunto de letras y números generadas al azar) que funcionan en paralelo al sistema financiero tradicional (bancos, bonos, acciones) y que aportan mejoras sobre este, como por ejemplo transferencias instantáneas 24/7.


Origen de las criptomonedas


Lo que hoy conocemos popularmente como criptomonedas se remonta a 1983, cuando el criptógrafo estadounidense David Chaum emepezó a desarrollar "eCash", una suerte de dinero electrónico anónimo que acabó siendo usado en el banco Mark Twain Bank de St. Louis, EEUU, de 1995 a 1998.

eCash fue un fracaso, pero el trabajo de Chaum continuó siendo desarrollado en una lista de correo llamada Cypherpunks Mailing List. En esta lista - repleta de matemáticos, científicos, hackers, filósofos, etc. - se encontraban Nick Szabo (Smart contracts) y Zooko Wilcox-O’Hearn (ZCash), entre otros, quienes acabarían siendo actores clave en la concepción de las criptomonedas tal y como las conocemos hoy.

En 1998, un ingeniero informático especialista en criptografía llamado Wei Dai hizo público un ensayo en el que presentó "b-money", un sistema de pagos anónimo con características idénticas a las encontradas en las criptomonedas actuales: necesidad de verificación colectiva de un libro contable público (blockchain) y reparto de recompensas a quien validase transacciones (block rewards en la blockchain).

En 2008, unos 10 años después de dicho ensayo, aparecería en escena el white paper que describe bitcoin. Un año después, a principios de 2009, apareció el primer bloque de la red Bitcoin, llamado 'bloque génesis', y el 12 de enero de 2009 se produjo la primera transacción (intercambio de bitcoin) entre Satoshi Nakamoto y Hal Finney.

El resto es historia. Desde el hombre que pagó 10.000 bitcoin por 2 pizzas en 2010 hasta el momento en el que un país como El Salvador convirtió bitcoin en moneda de curso legal. Y, más allá de bitcoin, encontramos la aparición de ethereum en 2015 y de muchas otras altcoins a partir de entonces: BNB, XRP, ADA, CRO...


Tipos de criptomonedas


Dentro de la categoría 'criptomoneda' hay varias subcategorías:

• altcoins: todas las criptomonedas que no son bitcoin.
• stablecoins: monedas cuyo valor está ligado 1:1 a una divisa como el dólar o el euro.
• shitcoins: término peyorativo que se refiere a monedas con escaso valor de mercado.
• memecoins: monedas inspiradas en memes o chistes de internet y redes sociales.

A su vez, las criptomonedas se clasifican según el mecanismo de consenso usado para validar transacciones:

• Proof of Work: usa puzzles criptográficos que son resueltos por mineros para crear nuevos bloques.
• Proof of Stake: usa acumulación de capital en nodos validadores para crear nuevos bloques.


CeFi VS DeFi


En el mundo cripto tenemos dos tipos de formas de custodiar criptomonedas: CeFi y DeFi. La diferencia entre ambas radica en que la primera está basada en una compañía que controla una moneda, wallet y/o cadena de bloques de forma unilateral y la segunda utiliza infraestructura descentralizada donde los servicios financieros están regulados por comunidades de usuarios mediante contratos inteligentes (smart contracts).

La mayoría de empresas CeFi implementan prácticas como KYC (Conoce a tu cliente) y AML (Antilavado de dinero) para poder operar en los países desarrollados. De esta forma, en CeFi, las billeteras de los usuarios están ligadas a su DNI y sus claves privadas son custodiadas por la empresa. Por este motivo, dicha empresa puede impedir el acceso de un usuario a su dinero si un gobierno se lo reclama.

DeFi, por otro lado, permite a cada usuario ser dueño de las claves privadas de su cartera, otorgando el control de esta a su verdadero dueño, proponiendo un giro de 360º a lo visto hasta la fecha en cuanto a custodio de saldos. Además, este sistema ofrece aplicaciones financieras llamadas descentralized applications o dApps cuyo objetivo es ofrecer servicios como el staking de criptomonedas.


Riesgos de invertir en criptomonedas


La volatilidad que experimentan los precios de las criptomonedas es algo a tener en cuenta. Mientras que por una parte, los cambios bruscos en el precio de una criptomoneda permiten obtener ganancias mediante trading, por otra parte, pueden llevar a la gente a vender en masa al ver caídas y derrumbar así una moneda de forma irrecuperable (véase la caída de UST) o llevar a grandes tenedores a manipular precios para su beneficio.

Otro riesgo a tener en cuenta es la posibilidad real de que un usuario pierda las claves de su cartera o wallet - ya sea por un problema con el disco duro donde estaba almacenada la clave privada, por la pérdida del papel donde estaban apuntadas las palabras mnemónicas o por robo/pérdida de una wallet física - y, si eso ocurre, el usuario dejará de tener acceso a su cartera para siempre, es decir, no tendrá posibilidad de recuperar su saldo.

Por último, está el aspecto legal de estos activos. Las criptomonedas se encuentran actualmente en una zona gris al carecer de leyes y políticas que definan su uso o las responsabilidades de las casas de intercambio (exchanges) donde estas se compran y venden. Un día, las criptomonedas podrían ser prohibidas en todos los países del mundo y su intercambio podría pasar a ser considerado un delito, por ejemplo.


Futuro de las criptomonedas


El año 2020 será recordado como el año en el que los grandes inversores institucionales (gobiernos, hedge funds, empresas privadas) entraron al mundo de las criptomonedas. Por ejemplo, la gestora BlackRock empezó a permitir la inversión en bitcoin a través de futuros a finales de ese año.

Un par de años después, algunos expertos opinan que estas instituciones acabarán controlando los precios de las monedas más importantes - como bitcoin o ethereum - reduciendo su voltalidad; al no vender, su precio no fluctuará y acabarán convirtiéndose en monedas estables estilo USDC o USDT.

Otras voces opinan que las criptomonedas no son más que una gran burbuja sin una utilidad real y que acabarán valiendo 0. Sin ir más lejos, Warren Buffet es uno de los mayores detractores de Bitcoin - supongo que si yo hubiera descubierto esta tecnología con casi 100 años, pensaría igual.

Lo que es innegable es que las criptomonedas han establecido estandares que acabarán siendo copiados por el sector financiero tradicional, tales como transferencias inmediatas, cotización las 24h del día, un registro público de transacciones para poder seguir el rastro de dinero robado, etc.


Conclusión


Las criptomonedas han traído una novedad muy importante al sector financiero: DeFi. DeFi otorga a sus usuarios el control real de su dinero, conviriténdolo en un bien inembargable y fácilmente transportable y trasmitible. Y es que si algo permiten las criptomonedas es el poder enviar dinero a cualquier usuario ubicado en cualquier parte del mundo de forma rápida, fácil y segura y en cualquier momento del día.

La industria financiera tiene mucho que aprender - o que copiar - del ecosistema que se ha creado en torno a bitcoin en los últimos 10 años. Personalmente, creo que bitcoin ha significado un punto de inflexión que va a acabar beneficiando a toda la población mundial y que, aunque los gobiernos traten de frenar o controlar las criptomonedas, ya es tarde; ya siempre existirán como activos anónimos e inembargables.

Comentarios