Fondo de emergencia

Antes de empezar a invertir, es importante disponer de cierto dinero separado pero disponible para poder afrontar cualquier pago inesperado que pueda venir. A continuación, voy a explicar qué es un fondo de emergencia, por qué tener uno, cuánto dinero se debería guardar en él y bajo qué situaciones debería tocarse ese dinero.


Qué es un fondo de emergencia


El concepto "fondo de emergencia" hace referencia a una cantidad de efectivo guardada - y separada de la cuenta de gastos - cuyo objetivo es poderse recuperar y usar en un momento de necesidad para hacer frente a pagos imprevistos sin tener que recurrir a préstamos, anticipos, etc.

Como dice un amigo "mucha gente vive a una nómina de la indigencia", refiriéndose a que si perdieran el trabajo el mes que viene y se les estropeara la nevera, por ejemplo, no podrían hacer frente al gasto; ni al de la reparación ni, por supuesto, al de comprarse una nevera nueva. Su única opción para hacer frente al gasto sería pedir un préstamo, con sus respectivos intereses (y buena suerte consiguiendo un préstamo sin tener nómina...).

El fondo de emergencia está pensado precisamente para solucionar situaciones como la descrita, en las que se necesite de forma extraordinaria una cierta catidad de dinero para hacer frente al pago de una factura ligada a una necesidad básica. Si uno tiene un dinero disponible para emergencias, no tendrá problemas para pagar facturas de ese tipo, lo cual mejorará su calidad de vida (menos estrés).

De otra forma, un fondo de emergencia está pensado también para dar cierto tiempo de adaptación ante un cambio repentino en la vida de uno, como podría ser la pérdida del trabajo o una enfermedad o accidente que impida trabajar y suponga un gasto extra (comprar una silla de ruedas, cama ortopédica o similar). Más allá de lo económico, uno debe estar preparado para todo en la vida.


¿Cuánto guardo?


Una vez definido qué es y para qué sirve un fondo de emergencia, la siguiente pregunta que uno puede hacerse es cuánto depositar en un fondo de emergencia. Y la respuesta es: depende. Depende del momento en el que uno se encuentre en la vida.

No tiene las mismas necesidades una persona joven, de por ejemplo 23 años, que se encuentre en su primer trabajo a jornada completa tras finalizar sus estudios, viviendo aún en casa de sus padres, que una persona de 46 años con dos hijos adolescentes y una hipoteca a la que todavía le queden 15 años.

De esta forma, uno debe evaluar en qué época de su vida se encuentra y preparar su fondo de emergencia particular. Por ejemplo, alguien soltero, de 25 años, que pague 350 €/mes por una habitación en un piso compartido, podría vivir con un fondo de emergencia equivalente a 3 meses de alquiler.

Por otro lado, el padre de família del ejemplo anterior, con dos hijos e hipoteca, igual necesitaría un fondo de emergencia compuesto por el equivalente a un año de gastos familiares, para gozar de cierta tranquilidad en cuanto a posibles problemas económicos futuros.

Lo que tienen (tenemos) todos en común es que debemos conocer nuestros gastos mensuales para decidir cuánto necesitamos tener ahorrado. Para ello, podemos anotar mes a mes los gastos que tenemos en un excel. Así, debemos ahorrar lo suficiente como para poder hacer frente a estos gastos y a gastos inesperados.


¿Dónde lo guardo?


El dinero del fondo de emergencia debe estar disponible de inmediato, ya sea en una cuenta de ahorro en el mismo banco donde se tiene la cuenta de gasto o en una cuenta remunerada en otra entidad. Eso sí, las transferencias hacia la cuenta de gasto no deben tardar mas de 1 día hábil, pues debe ser dinero disponible.

Hay gente que propone tener el fondo de emergencia en efectivo en una caja fuerte dentro de su casa, para poder pagar de inmediato cualquier cosa a la vez que se protegen de un posible "corralito". No soy muy amigo del dinero en efectivo, pero cada uno es libre de evaluar cómo se siente más tranquilo.

Otra gente propone tener un fondo de emergencia en un fondo de inversión de renta fija ya que remuneran más que una cuenta de ahorro. Bajo mi punto de vista, esto es un error, pues recuperar ese dinero puede tardar días y no siempre se recuperará la cantidad inicial (el fondo podría estar en pérdidas ese día).

Así pues, un fondo de emergencia debe cumplir dos características: debe mantener el valor del dinero (si está depositado en una cuenta que de rentabilidad mejor) y debe estar disponible de inmediato (de otra forma, no serviría para hacer frente a pagos que requieran inmediatez).


Voces críticas


Existen algunas voces contrarias al fondo de emergencia que dicen que el dinero no invertido es dinero tirado a la basura. No opino de esa manera en absoluto. Por ejemplo, por mucho que uno tenga varias propiedades valoradas en millores de euros, si no dispone de una cantidad mínima de efectivo para hacer frente a situaciones excepcionales, puede llegar a perder mucho por no querer guardar un poco.

Estas mismas voces defienden que, en vez de tener un fondo de emergencia compuesto por dinero no invertido, se use una tarjeta de crédito para pagar imprevistos. Personalmente, soy reacio a usar tarjetas de crédito, ya que es muy fácil pagar con ellas pero luego puede llegar a resultar difícil - y costoso (20% TAE) - cancelar su deuda. Por este motivo, huyo de ellas, al igual que recomienda Vanguard.

Por ejemplo, si una persona tiene una nómina de 3.000 € y un mes le surje un imprevisto de 2.000 €, podría usar la tarjeta de crédito para pagar la factura y devolver el monto con la siguiente nómina, pero ¿y si pierde el trabajo el mes siguiente? entonces tendrá dos problemas: encontrar trabajo y devolver la deuda, que irá acumulando intereses y haciéndose mayor mes a mes.

Si bien el coste de oportunidad de tener unos cuantos (o muchos) miles de euros parados en una cuenta corriente "por si acaso" es elevado - ese dinero podría estar dando sus frutos en un ETF, acción o fondo de inversión - pienso que la tranquilidad que produce saber que uno puede hacer frente a pagos extraordinarios sin endeudarse retorna más beneficio en forma de paz mental.


Conclusión


En el momento de escribir estas líneas, mi fondo de emergencia equivale a 12 meses de mis gastos, es decir, si perdiera mañana el trabajo y acabara agotando la totalidad de mi prestación por desempleo, podría seguir manteniendo mi nivel de vida actual durante 1 año más mientras no tuviera un trabajo.

Instituciones como Vanguard recomiendan tener un fondo de emergencia de entre 3 y 6 meses de gastos. Estoy bastante de acuerdo; tener ahorrado menos de 3 meses de gastos básicos me parece insuficiente y tener guardado el equivalente a más de 6 lo dejo a gusto del lector.

Para acabar, comentar que hay gente que separa entre fondo de emergencia y fondo de contingencia, donde el primero lo reservan para gastos vitales y el segundo para contratiempos menores, como por ejemplo la reparación de un coche o la compra de un teléfono móvil tras un robo. De nuevo, esto lo dejo a gusto del lector.

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