Mi experiencia personal con las finanzas en pareja

El blog de Inversor Directivo tiene un excelente artículo sobre cómo organizar las finanzas en pareja. En él, el autor hace alusión a diferentes sistemas políticos, es decir, sistemas económicos, que existen en el mundo actual para hablar sobre cómo manejar el dinero de forma colectiva y lo aplica a las finanzas en pareja, equiparando la pareja a un pequeño Estado formado por dos individuos que tienen gastos colectivos.

Encuentro muy acertada la comparación entre diversos sistemas económicos usados para gestionar un país y sistemas o métodos de organización de finanzas en pareja. Y es que al final del día, la gestión de las finanzas del hogar es un tema peliagudo que acaba por hacer mella en muchas relaciones. A mí mismo me ha provocado muchas discusiones en el pasado, así que he compilado este artículo como guía para vivir en paz en un futuro.


Síntesis de los métodos de organización de finanzas en pareja


Un resumen del artículo mencionado, que recomiendo encarecidamente leer, podría ser el siguiente:

Método #1: Capitalismo Liberal

- Cada miembro mantiene su cuenta individual y contribuye a una cuenta común para gastos compartidos.
- Se utilizan tarjetas asociadas a la cuenta común para gastos comunes.
- Requiere una transferencia mensual automática de cada mimebro para cubrir los gastos comunes.
- Ventajas: sencillo, no requiere actualización frecuente, permite autonomía financiera.
- Inconvenientes: desigualdad si hay diferencia salarial, no es viable si uno pierde el trabajo.

Método #2: Social Democracia

- Cuentas separadas y una cuenta común con contribuciones proporcionales a los ingresos de cada miembro.
- Necesita actualizaciones mensuales en caso de cambios salariales.
- Ventajas: autonomía financiera, adaptable a cambios en ingresos.
- Inconvenientes: requiere recalculación de gastos con cada cambio salarial.

Método #3: Comunismo

- Todos los ingresos van a una cuenta común y los activos y pasivos son compartidos.
- No se necesitan tarjetas individuales, una tarjeta cada uno asociadas a la cuenta común es suficiente.
- Ventajas: simple, no requiere cálculos, cada uno tiene solo una tarjeta.
- Inconvenientes: pérdida de individualidad, se necesita consenso para gastos personales.


Nuestro método


Mi relación más duradera la tuve con una chica que cobraba un salario anual parecido al mío. De esta manera, al irnos a vivir juntos, surgió de forma orgánica gestionar nuestras finanzas en pareja con el método descrito como "Capitalismo Liberal". Supongo que si nuestros ingresos hubieran sido muy desiguales, habríamos elegido "Social Deomocracia", pero al cobrar casi lo mismo, nos iba bien enviar ambos la misma cantidad a las cuentas comunes.

De este modo, cada uno recibía el salario en su cuenta individual y, acto seguido, contribuíamos con una transferencia automática el día 1 de cada mes a una cuenta común por la misma cantidad. A esa cuenta teníamos domiciliados los recibos de gas, agua, internet, etc. Las compras en el supermercado también salían de allí, y en ocasiones, hasta cubría algún que otro restaurante, que otrora salía de nuestras cuentas individuales.

Por otro lado, teníamos una segunda cuenta común que usábamos como cuenta conjunta de ahorro. Esta cuenta era nuestro fondo de emergencia en común por si uno de los dos se quedaba sin trabajo, por si un día acumulábamos lo suficiente como para realizar una amortizacion total de la hipoteca, para hacer reformas en uno de los baños, etc. Era una cuenta donde entraba dinero y se mantenía allí "por lo que pueda surgir".

La tercera y última cuenta en común servía única y exclusivamente para pagar la hipoteca. En nuestro caso, una cuenta destinada únicamente a pagar la hipoteca nos daba seguridad; sabíamos que su saldo era invariable. Nunca un pago de más la dejaría a cero. Así, contribuíamos cada uno el 50% de la cuota mensual de la hipoteca mediante una transferencia automática el día 1 de cada mes y de allí tomaba el banco dicha cuota a final de mes.

Por otra parte, teníamos cuentas individuales de gasto. Aquí es donde cada uno recibía su nómina y era a la vez la cuenta que usaba cada uno para efectuar sus gastos personales. Para nosotros era muy importante poder mantener cierta individualidad en nuestra vida. Poder ir a tomar algo con amigos y gastar lo que quisieramos, comprar un regalo de cumpleaños o comprar ropa de marca sin sentirse mal no era algo opcional.

Por último, cada uno tenía su propia cuenta de ahorro para ahorrar para sus cosas: comprar una consola, un bolso caro, pagar un viaje de fin de semana de una despedida de soltero de un amigo, etc. Aparte de ahorrar de forma conjunta, opino que cada persona debería ahorrar de forma separada también para poder hacer frente a gastos individuales futuros que sean un poco más "gordos".


Resumen de nuestras cuentas


Aquí un resumen de las 7 cuentas que usábamos en pareja, incluyendo cuentas comunes y cuentas individuales:

1 cuenta común para gastos comunes (luz, agua, gas, supermercados...).
1 cuenta común de ahorro a modo de "fondo de emergencia común".
1 cuenta común para pagar la hipoteca.
1 cuenta nómina individual para gastos individuales del miembro 1.
1 cuenta nómina individual para gastos individuales del miembro 2.
1 cuenta de ahorro individual para objetivos individuales del miembro 1.
1 cuenta de ahorro individual para objetivos individuales del miembro 2.


¿Por qué no una única cuenta bancaria?


Un día, en el trabajo, salió el tema de las finanzas en pareja y la organización de las cuentas bancarias. Solo un compañero, de cinco que hablamos del tema ese día, dijo usar una sola cuenta bancaria en común con su pareja para absolutamente todo. Según él, ambos recibían la nómina allí y pagaban desde allí todas sus facturas. Además, usaban también la cuenta para otras cosas como ahorro, gastos individuales, pago de hipoteca, etc.

Los allí presentes nos quedamos perplejos al enterarnos de que ese tipo ahorraba junto con su pareja sobre la misma cuenta con la cual pagaban facturas, y que cuando se hacían regalos el uno al otro, ambos veían el importe y el comercio en el cual había gastado dinero el otro. Asimismo, y como ya sabía yo, nos confesó que no podía hacer ningún gasto sin previa autorización de su mujer, como comprarse un mísero videojuego.

Para mi eso no es vida; depender de la aprobación externa de tu mujer para poder comprarte un videojuego de segunda mano de 9,99 € o recibir una bronca si te compras zapatillas deportivas de más de 100 € no es como yo quiero vivir mi vida. De este modo, al igual que pienso que ambos deben contribuir a pagar facturas en una pareja, pienso que cada uno necesita un mínimo de autonomía financiera para poder realizarse como persona.

Para terminar, tampoco entiendo lo de gastar y ahorrar en una misma cuenta. A mí se me haría muy difícil ahorrar así. Por este motivo, separo completamente ahorro de gasto en cuentas separadas, tanto en común como de forma individual, para poder presupuestar; ahorro X y lo envío a principios de mes a la cuenta de ahorro y lo que queda en la de gasto lo uso para vivir. Así, cada mes, la cuenta de ahorro solo aumenta y siempre se cuánto hay.


Mi experiencia personal con las finanzas en pareja


Llegados a este punto, debo decir que las finanzas en pareja no se limitan solamente a las cuentas bancarias, sino que se relacionan con todo. Detrás del éxito o el fracaso de una pareja se esconden muchos factores, como los valores de cada uno, los objetivos, el estilo de vda que quiere mantener cada uno, etc. Y uno de los factores más importantes y que lo engloba todo es precisamente el económico.

Por mi propia experiencia puedo decir que es súmamente importante elegir una pareja que tenga unos objetivos económicos parecidos a los tuyos, sino, el fracaso está asegurado. Por ejemplo, una pareja donde uno gane muy poco y el otro mucho y donde quien gana poco quiere vivir gastando como si ganara mucho puede funcionar si ambos quieren gastar mucho. Sino, acaba agotando al que ve como sus intentos por ahorrar se desmoronan.

De forma similar, cuando ambos miembros de una pareja ganan mucho, puede ocurrir que ambos quieran llevar un tren de vida elevado pero que uno quiera salir a cenar fuera constantemente y el otro solo piense en ahorrar para comprarse una casa más grande. O que uno quiera vivir en una casa más grande y el otro quiera invertir y comprar pisos para alquilarlos. Son casos distintos pero comparten el mismo problema: objetivos diferentes.

A nivel personal, he pasado por la situación en que ambos cobrábamos lo suficiente como para salir de viaje varias veces al año y salir a comer y cenar fuera cada fin de semana. Pero cuando haces eso, renuncias a otras cosas, como ahorrar. Y yo quería ahorrar, de modo que teníamos muchas discusiones por el hecho de no querer yo salir cuatro veces a comer fuera cada fin de semana y ella considerar el ahorrar "aburrido". Ahí no hay futuro.


Conclusión


Podemos concluir que el problema a sortear en las finanzas personales no es elegir qué cuentas bancarias usar ni como usarlas, sino elegir una pareja que tenga tus mismos objetivos vitales, entre los que se encuentran los objetivos financieros. Del mismo modo que una pareja no puede prosperar si uno quiere tener hijos y el otro no, tampoco puede prosperar si uno quiere ahorrar y el otro gastar. Esas dos personas no son compatibles.

Para acabar, me gustaría hacer hincapié en que los extremos no son buenos. Ni ahorrar todo el salario es sano mentalmente, ni gastar todos tus ingresos mes tras mes te reportará un nivel de felicidad sostenible en el tiempo. De este modo, pienso que gastar en experiencias como viajes o cenas en restaurantes debe ir alineado con ahorrar e invertir para un futuro incierto, ya sea en una cuenta común, en cuentas individuales o en ambas.

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