En el mundo financiero, el "retorno de la inversión" (en inglés ROI, de
return on investment) es una métrica que evalúa la rentabilidad de una inversión en forma de porcentaje. Conociendo la cantidad invertida y la cantidad obtenida al finalizar la inversión, calcular el ROI nos permite saber si esta ha sido o va a ser una inversión rentable.
Fórmula del retorno de la inversión
El ROI se calcula como la relación entre la ganancia neta de una inversión y el costo de esa inversión (también expresado como inversión inicial), representada como un porcentaje. La fórmula de esta operación es:
Cuanto mayor sea el ROI, mayor será la rentabilidad.
Un ROI positivo indica que la inversión ha generado beneficios, mientras que un ROI negativo señala pérdidas.
Un ROI del 100% significa que has duplicado tu inversión.
Ejemplo de cálculo de ROI
Imagina que inviertes 1.000 € y recibes 1.190,44 € tras finalizar dicha inversión, donde:
- Ganancia = 1.190,44 € - 1.000 € = 190,44 €
- Inversión = 1.000 €
El retorno de la inversión se calcula como:
Por lo tanto, el retorno de esta inversión es de aproximadamente el 19,04%. Esto significa que la inversión inicial de 1.000 € generó una ganancia neta del 19,04% (190,44 € en este ejemplo).
Consideraciones
El tiempo desempeña un papel crucial en la evaluación del retorno de la inversión (ROI). Una inversión que genera beneficios a largo plazo puede tener un ROI menor en el corto plazo, ya que el rendimiento acumulado a lo largo del tiempo puede ser sustancial, pero en el corto plazo, el ROI puede ser menor. Esto suele ser así en inversiones que generan ingresos a lo largo de un período extendido, como inmobiliario o carteras de acciones.
La esencia de la inversión radica en la relación intrínseca entre riesgo y retorno; a mayor ganancia potencial, mayor riesgo se asume en la inversión. Las inversiones seguras y estables (como un depósito) pueden brindar tranquilidad, pero ofrecen retornos más modestos. Por otro lado, las inversiones más arriesgadas (como las criptomonedas) presentan el potencial de un ROI más sustancial, pero conllevan mayor peligro de bancarrota.
Conclusión
Al considerar el ROI, nos enfrentamos a la dualidad inherente de las inversiones: la promesa tentadora de mayores retornos y la amenaza constante de posibles pérdidas. La relación entre riesgo y retorno, como un hilo conductor, teje la narrativa de cada inversión. Las inversiones más arriesgadas despiertan el apetito por el rendimiento elevado, pero exigen una valentía consciente para enfrentar la incertidumbre.
La conclusión es clara: el ROI es más que un número en una fórmula; es un reflejo de la forma de pensar, la paciencia y la tolerancia al riesgo de cada inversor. Las inversiones a largo plazo, estratégicamente diversificadas y fundamentadas en una buena investigación, pueden ser multiplicadores de dinero y ofrecer ROI elevados, pero los ROI elevados suelen ir de la mano con un alto riesgo la mayoría de las veces.
En última instancia, el ROI requiere una comprensión profunda, una gestión hábil del riesgo y la capacidad de discernir entre oportunidades fugaces y inversiones sólidas. En el mundo de las finanzas, donde el tiempo y el riesgo son compañeros constantes, el ROI se convierte en una herramienta invaluable para aquellos que buscan no solo rendimientos, sin un indicador de seguridad en sus operaciones.
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