¿Hipoteca a tipo fijo, mixto o variable?
Cuando uno contrata una hipoteca en España, tiene tres variantes entre las que elegir: hipoteca a tipo fijo, hipoteca a tipo mixo e hipoteca a tipo variable. Veamos en que se diferencian y cuál es la mejor opción.
Antes de hablar de hipotecas, definamos qué es el tipo de interés. El tipo de interés es la tasa que una entidad cobra a un prestatario (quien recibe el dinero) por prestarle dinero. En consecuencia, cuando un prestatario paga la cuota de un préstamo, paga una parte del monto prestado junto con una cantidad de intereses. Esta cantidad depende del tipo de interés al que se ha formalizado el préstamo, el cual se representa en forma de porcentaje.
En el caso de los préstamos hipotecarios, los tipos de tipo de interés que se ofrecen a los prestatarios son el fijo, el variable y el mixto, cada uno de los cuales con unas características diferenciadoras.
La hipoteca a tipo fijo es un préstamo al uso, es decir, un préstamo con un tipo de interés que no varía durante la vida del préstamo. No importa si se está empezando a pagar la hipoteca o si se está llegando a las últimas cuotas; se paga la misma mensualidad, sin variaciones, durante toda la vida del préstamo ya que su tipo de interés no varía y, por tanto, no lo hacen tampoco sus cuotas, aunque en cada cuota se pagan menos intereses.
El tipo variable hace referencia a una clase de hipoteca cuya cuota variará a lo largo del tiempo de esta. Así, el tipo de interés oscilará en función del índice de referencia que siga la hipoteca, habitualmente el Euríbor. Normalmente, este tipo de hipotecas actualizan la cuota cada seis meses en función de la variación del índice mencionado. De esta forma, las mensualidades pueden subir o bajar según lo haga su índice de referencia.
Una hipoteca a tipo mixto es una combinación de los dos formatos anteriores. En esta variante, la hipoteca suele tener un tipo de interés fijo durante los primeros N años (5, 10 o 15 años) y luego cambia a un tipo variable para el tiempo restante. Este tipo de hipotecas suelen tener un tipo de interés bajo - más bajo que el tipo fijo del momento - los primeros años de vida, cuando sus cuotas son aun a tipo fijo.
Bajo mi punto de vista, la mejor opción a la hora de contratar una hipoteca es contratar una hipoteca a tipo fijo, ya que esta variante ofrece una tasa de interés invariable a lo largo de la vida del préstamo, lo que resulta en las mismas cuotas mensuales de principio a fin de la hipoteca.
Esta previsibilidad facilita la planificación financiera del prestatario y le protege contra posibles aumentos de los tipos de interés, lo que puede generarle ahorros a largo plazo y, sobretodo, permite reducir el riesgo de sufrir dificultades a la hora de pagar las cuotas por un encarecimiento exagerado de estas.
Qué es el tipo de interés
Antes de hablar de hipotecas, definamos qué es el tipo de interés. El tipo de interés es la tasa que una entidad cobra a un prestatario (quien recibe el dinero) por prestarle dinero. En consecuencia, cuando un prestatario paga la cuota de un préstamo, paga una parte del monto prestado junto con una cantidad de intereses. Esta cantidad depende del tipo de interés al que se ha formalizado el préstamo, el cual se representa en forma de porcentaje.
En el caso de los préstamos hipotecarios, los tipos de tipo de interés que se ofrecen a los prestatarios son el fijo, el variable y el mixto, cada uno de los cuales con unas características diferenciadoras.
Tipo fijo
La hipoteca a tipo fijo es un préstamo al uso, es decir, un préstamo con un tipo de interés que no varía durante la vida del préstamo. No importa si se está empezando a pagar la hipoteca o si se está llegando a las últimas cuotas; se paga la misma mensualidad, sin variaciones, durante toda la vida del préstamo ya que su tipo de interés no varía y, por tanto, no lo hacen tampoco sus cuotas, aunque en cada cuota se pagan menos intereses.
Tipo variable
El tipo variable hace referencia a una clase de hipoteca cuya cuota variará a lo largo del tiempo de esta. Así, el tipo de interés oscilará en función del índice de referencia que siga la hipoteca, habitualmente el Euríbor. Normalmente, este tipo de hipotecas actualizan la cuota cada seis meses en función de la variación del índice mencionado. De esta forma, las mensualidades pueden subir o bajar según lo haga su índice de referencia.
Tipo mixto
Una hipoteca a tipo mixto es una combinación de los dos formatos anteriores. En esta variante, la hipoteca suele tener un tipo de interés fijo durante los primeros N años (5, 10 o 15 años) y luego cambia a un tipo variable para el tiempo restante. Este tipo de hipotecas suelen tener un tipo de interés bajo - más bajo que el tipo fijo del momento - los primeros años de vida, cuando sus cuotas son aun a tipo fijo.
Conclusión
Bajo mi punto de vista, la mejor opción a la hora de contratar una hipoteca es contratar una hipoteca a tipo fijo, ya que esta variante ofrece una tasa de interés invariable a lo largo de la vida del préstamo, lo que resulta en las mismas cuotas mensuales de principio a fin de la hipoteca.
Esta previsibilidad facilita la planificación financiera del prestatario y le protege contra posibles aumentos de los tipos de interés, lo que puede generarle ahorros a largo plazo y, sobretodo, permite reducir el riesgo de sufrir dificultades a la hora de pagar las cuotas por un encarecimiento exagerado de estas.
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