Elusión fiscal VS Evasión fiscal

La elusión fiscal y la evasión fiscal son términos que a menudo se utilizan en el ámbito de la fiscalidad, pero con significados y connotaciones muy diferentes. Ambos conceptos involucran la gestión de impuestos, pero es importante entender sus distinciones para comprender mejor sus implicaciones éticas y legales.


Elusión fiscal: buscando la eficiencia legal


La elusión fiscal se refiere a la práctica de aprovechar lagunas legales y utilizar estrategias fiscales dentro del marco legal para minimizar la carga tributaria. En otras palabras, se trata de planificar las finanzas de manera eficiente, aprovechando las exenciones y deducciones permitidas por la ley. Las empresas y particulares pueden utilizar estructuras legales, como sociedades, fideicomisos u otras entidades, para optimizar su posición fiscal.

La elusión fiscal, aunque esté mal vista por algunos sectores de la sociedad, es legal. Es una respuesta natural al complejo entramado de leyes fiscales diseñadas para regular el sistema financiero. Aquellos que buscan minimizar sus impuestos dentro de los límites establecidos por la ley argumentan que están ejerciendo su derecho a gestionar sus asuntos financieros de la manera más eficiente posible.

Para una persona física, una forma común de eludir impuestos es trasladar su residencia a países con impuestos bajos o, directamente, a paraísos fiscales, como Mónaco o Andorra. De la misma forma, uno puede optar por convertirse en nómada, es decir, alguien que no dispone de domicilio fijo. No obstante, es crucial que este cambio de residencia sea auténtico; de lo contrario, uno podría enfrentarse a sanciones fiscales importantes.

Además, sin necesidad de cambiar de país de residencia, las personas pueden legalmente eludir impuestos creando una entidad legal, como una sociedad o una fundación, a la cual deben transferir sus activos, como propiedad intelectual o derechos de imagen. Las ganancias del individuo se canalizan a esta entidad legal, que está sujeta a un tipo impositivo (impuesto de sociedades) más bajo que el que aplicaría al propio individuo (impuesto sobre la renta). Además, esta entidad legal puede establecerse en un paraíso fiscal.

Algunas multinacionales, como Ikea o Starbucks, emplean un mecanismo similar al crear una filial para depositar sus derechos de marca en países con bajos impuestos, como los Países Bajos (conocido como "sándwich neerlandés"). Luego, aplican internacionalmente un porcentaje por dichos derechos de marca en los precios de sus productos, lo que permite que esa parte de sus ingresos prácticamente quede exenta de tributación.

Asimismo, una empresa puede eludir impuestos estableciendo su sede fiscal o una empresa filial en un paraíso fiscal (sociedad offshore) para reducir su tipo impositivo. Como dato curioso, 34 de las 35 empresas españolas que cotizan en el Ibex 35 tenían 810 filiales en paraísos fiscales en el año 2015.


Evasión fiscal: cruzando la línea de lo legal


En contraste, la evasión fiscal implica actividades ilegales destinadas a eludir el pago de impuestos. Esto puede incluir la manipulación de registros financieros, la subdeclaración de ingresos, la omisión de activos o la realización de transacciones en efectivo para evitar el rastreo fiscal. La evasión fiscal es una violación directa de las leyes tributarias y puede conllevar graves sanciones legales, incluida la prisión.

A diferencia de la elusión fiscal, la evasión fiscal no se centra en aprovechar las lagunas legales, sino en violar activamente las leyes tributarias establecidas. Las autoridades fiscales suelen perseguir de manera rigurosa a aquellos que se involucran en evasión fiscal, ya que socava la integridad del sistema fiscal y afecta negativamente a la financiación de los servicios públicos.

Entre las prácticas que constituyen fraude fiscal encontramos el empleo no declarado (trabajar en negro), la emisión de facturas sin IVA, la declaración de gastos de operación superiores a los reales (utilizando, por ejemplo, facturas falsas o incluyendo gastos no relacionados con la actividad empresarial), declarar ingresos inferiores a los reales (recibiendo parte de los pagos en efectivo sin emitir factura), entre otros.

En ciertos países, el gobierno puede optar por hacer público un listado de grandes defraudadores como una estrategia para presionarlos a saldar sus deudas. Este es el caso de España, donde desde 2015 la agencia tributaria divulga una lista de contribuyentes con deudas o sanciones tributarias que superan el millón de euros.

En 2016, la lista incluía 4.549 nombres, de los cuales 336 eran personas físicas y el resto eran entidades jurídicas o empresas. La deuda total ascendía a 15.400 millones de euros. Esta medida ha resultado en la recuperación de miles de millones de euros en deudas pendientes desde su implementación.

Dentro de la evasión fiscal se encuentra la resistencia fiscal/objeción fiscal/desobediencia fiscal, la cual implica la negativa u oposición al pago de ciertos impuestos debido a discrepancias con la entidad recaudadora o con algunas de sus políticas. Entre los resistentes se encuentran los antimilitaristas y los miembros de grupos religiosos como los cuáqueros, quienes no quieren financiar las actividades violentas del gobierno.


Conclusión


En última instancia, la elusión fiscal y la evasión fiscal plantean preguntas sobre la justicia en el sistema fiscal. ¿Son las leyes fiscales equitativas? ¿Se deben cerrar ciertas lagunas legales para evitar la elusión fiscal excesiva? Estas son algunas de las cuestiones que la sociedad debe abordar para mantener un sistema fiscal justo.

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